Nacido en Betanzos en 1912, tuvo una infancia feliz, con sus padres, comerciantes, y sus 7 hermanos. Educado en una escuela privada laica, su vocación de marino le empujó a entrar en la Escuela Naval de El Ferrol, a los 15 años, y durante la 2ª República alcanzó el grado de oficial.
En Lisboa, a bordo del Miguel de Cervantes, la tripulación se enteró de la sublevación militar y el barco se dirigió a Tánger y a Cartagena, sufriendo ataques de la marina italiana. Durante la guerra, escoltó a buques de la República y ejerció también de oficial criptógrafo. El 7 de marzo de 1939, junto al resto de la flota republicana, el barco salió de Cartagena y llegó a Bizerta dos días después. Inmovilizados durante una semana, acabaron trasladados al campo de Meknassy, donde sufrió todo tipo de penalidades. El mes de septiembre fue enviado a Ghardimaou, en la frontera argelina, hasta que con la firma del armisticio fue liberado por Petain, ante la amenaza de anexión de la colonia por Italia. Noguerol se instaló en Túnez, con graves problemas de subsistencia.
Con la ocupación del país por los alemanes, después del desembarco aliado, Noguerol, de filiación comunista, entró en contacto con la red de resistencia Tardy y se ocupó de espiar los movimientos de los submarinos alemanes. Con la caída del grupo, fue detenido el 15 de marzo de 1943, y desde la prisión de Túnez fue trasladado en avión a Verona y Nápoles, y en tren a Berlín, donde sufrió duros interrogatorios antes de su deportación a Sachsenhausen, el 4 de abril.
En el campo recibió la matrícula 63260, y durante la cuarentena fue objeto de ensayos sobre la resistencia de las botas militares, hasta que fue enviado al comando Heinkel. A pesar de algún período con mejor alimentación, gracias a los encargos de los SS, por su facilidad en fabricar cepillos de dientes, no escapó de castigos por acciones de sabotaje, que le valieron en su vejez la amputación de la pierna derecha. Formó parte del grupo de auxilio a Largo Caballero y del reparto de comida contenida en los paquetes recibidos por los franceses, además de participar en el robo de un aparato de radio, desde el cual escuchaban Radio Londres. Con la proximidad de las fuerzas rusas, el 21 de abril fue evacuado en una “marcha de la muerte”, en dirección al Báltico, recorriendo 200 kilómetros a pie, hasta que el 2 de mayo, se produjo la huida de los SS y la llegada de los soviéticos que les trasladaron en camiones a Schwerin e instalaron en una villa abandonada.
Mientras la mayoría eran repatriados a sus países, los republicanos quedaron bajo control americano, hasta que las gestiones del francés Roger Guerin, mediante la estratagema de que se había declarado una epidemia, consiguió que partieran en avión a Le Bourget, desde donde fueron trasladados a París, al Hotel Lutétia. Afectado por distintas dolencias, a lo largo de 1945 estuvo ingresado en hospitales y casas de reposo, hasta que decidió retornar a Túnez, donde permaneció poco tiempo e inició, de nuevo, en París otro recorrido por hospitales, hasta que se instaló en Montpellier, donde permaneció hasta su fallecimiento en el año 2003.
Después de la liberación, recibió diversas condecoraciones, mantuvo una estrecha amistad con Joan Mestres Rebull, deportado al mismo campo, y se vinculó con las asociaciones de ex deportados, entre ellas la Amical de Mauthausen y otros campos.
Fuente: Huguette Balny, Au nom de la vie…, Montpellier, 2003.